miércoles, 26 de enero de 2011

CEPEDA: EL MICO GUERRILLERO Por Ricardo Puentes Melo

CEPEDA: EL MICO GUERRILLERO

Piedad Córdoba e Iván Cepeda. Los farcofilos
Por Ricardo Puentes Melo
El país está de plácemes. Noticias emocionantes están dando vueltas por ahí trasnochando a analistas políticos, publicistas, lagartos.
La  noticia tiene que ver con otro camarada, aunque no hijo de padre coctelero, como el camarada Santos, sino que éste procede de otro tipo de coctelero, más Molotov. Se trata del camarada Iván Cepeda, hijo del criminal Manuel Cepeda, auxiliador de las FARC y propiciador de todas sus maldades. Iván es digno hijo de su padre.
No contento el camarada Cepeda con haber logrado que Colombia le pagara indemnización y le pidiera perdón por el asesinato de su papá, quien murió en un ajuste de cuentas entre bandidos, resulta que ahora está empecinado en cambiar el artículo 21 del Proyecto de Ley conocido como “Ley de Víctimas”, con el cual se pretende reparar a las víctimas de violaciones a los Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario.
El camarada Cepeda, siguiendo el mismo razonamiento utilizado para obligar al Estado colombiano a pedirle perdón a él y demás familiares por la muerte del bandido de su padre,  quiere cambiar el Parágrafo Segundo del Artículo 21 de este proyecto de Ley, que dice lo siguiente:
Los miembros de los grupos armados organizados al margen de la ley no serán considerados como víctimas, en ningún caso, para efectos de la presente ley. Tampoco serán considerados como víctimas para efectos de la presente ley, en ningún caso, los cónyuges, compañero o compañera permanente o pareja del mismo sexo o los familiares en primer grado de consanguinidad y primero civil de los miembros de grupos armados organizados al margen de la ley.”
Cepeda pretende cambiar este parágrafo para que el pueblo colombiano indemnice a los familiares de Jojoy, Tirofijo, Jetaechumbe, Raúl Reyes, patesopa, y a toda la parentela del resto de bandidos y terroristas de las FARC, EPL, ELN, M-19 y demás que declaren haberse visto afectados.
Es decir, al igual que lo hizo con su nefasto padre, Cepeda está empecinado en meter un mico guerrillero a la Ley, y hacer pasar a los victimarios y sus familias como víctimas, y a quienes hemos sufrido por las acciones de los bandidos nos quieren obligar a pagarles como pagamos ya por el bandido de Manuel.
Yo entiendo que Cepeda, acostumbrado a vivir como parásito del Estado –ya sea mediante demandas o con las finanzas de dudosa procedencia de papi- quiera que sus camaradas y familiares gocen como él ha gozado y vivan como comunistas primermundistas. Y entiendo que el Congreso quiera ganarse palmaditas de aprobación del camarada Santos quien se hace el que no sabe nada de esto, pero que aprueba con fervor leninista, moderado solamente por la influencia de la flema británica de Blair, su mentor en las lides comunistas de la Tercera Vía. Y ni qué hablar de su nuevo mejor amigo, que es a la vez el mejor amigo de las FARC.
Entiendo todo eso. Pero no comprendo cómo millones de colombianos nos seguimos dejando meter los dedos a la boca creyendo en la lealtad del camarada Santos y en su 90% de aceptación; tampoco entiendo nuestro silencio cuando él nos obliga a arrodillarnos ante su mejor amigo; y mucho menos concibo cómo permitimos que se montara en la presidencia el enemigo número 1 del ejército para que nombrara a todo su kremlin mimetizado con el solo objetivo de destruir las Fuerzas Militares de Colombia hasta que queden convertidas –eso creo yo- en huestes chavistas al servicio de la Tercera Vía.
Mientras las familias de militares asesinados por la guerrilla son ignoradas y desamparadas por el gobierno, las de los terroristas y secuestradores que asesinaron por millares ahora cuentan con la protección oficial que hace y deshace gracias a nuestra cobardía y nuestro silencio.
Así, el congreso colombiano, bajo el Mandato de la Tercera Vía, está dispuesto a cumplirle a la guerrilla, y a pagarle de nuestros impuestos toda su maldad. En las montañas de Colombia y en los editoriales de la prensa del país, deben estar hinchados de victoria.

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